domingo, 29 de mayo de 2011

Desafectos a la Causa Nacional (14)

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Desafectos a la Causa Nacional (12)

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Desafectos a la Causa Nacional (11)

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Desafectos a la Causa Nacional (10)

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Desafectos a la Causa Nacional (9)

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Desafectos a la Causa Nacional (7)

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Desafectos a la Causa Nacional (6)

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Desafectos a la Causa Nacional (4)

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Desafectos a la Causa Nacional (3)

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Desafectos a la Causa Nacional (2)

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Desafectos a la Causa Nacional en Aller

Los "desafectos"eran todas aquellas personas a quienes los fascistas consideraban enemigos, aunque no excesivamente peligrosos. Los grados de desafección a la "Causa Nacional" eran varios, yendo desde el indiferente (persona a la que no se la debía de perseguir sañudamente, pero a quien habría que mantener bajo control social, y a quien no se le acpetaba en ejercicio de determinados empleos privados o públicos); otro el "desafecto", a quien habría que aplicar algunos correctivos para que se "educara" en el nuevo pensamiento del Nuevo Estado, y a quien le estaba vedado el ejercicio de todo empleo público y que en el caso que nos ocupa, se le enviaría a las unidades militares más pensosas; y el "muy desafecto", cuya enemistad con el Nuevo Régimen era total y absoluta, aunque no podían probar que fuera objeto de un Consejo de Guerra.

Consultando las listas de los reemplazos de 1937 el funcionario fascista fue clasificando como Afectos al Régimen  y Desafectos  a quienes llamaban a filas fueran del reemplazo que fueran,  pues su participación en los campos de batalla no contaban como servicio militar para los franquistas (“quinta del biberón”). De este modo todos habrían de pasar por el tamiz del funcionario fascista -en el caso del concejo de Aller era el inefable José María Lombardia Legaspi, que ejerció como tal hasta 1972- y que clasificaba de modo arbitrario, pues su decisión dependía en muchos casos de la amistad o "favores" que tuviera con la familia del clasificado.



domingo, 1 de mayo de 2011

El cura falangista, párroco de Moreda, Demetrio Cabo

Cuando Mola dictó las Instrucciones para la represión de los "elementos rojos" en cada pueblo, contaba expresamente con la colaboración de los curas. Controlaban socialmente a la población, en sus libros parroquiales tenían a toda la población -una base de datos que informaba de la ascendencia y de la descendencia- , de la ideología de cada parroquiano.
Cuando los fascistas entraron en Aller llegaron los curas otra vez al Concejo, pues se habían sumado a la sublevación militar-fascista del 17 de julio, sólo uno volvió al Concejo -Santos Fernández de Santibáñez de Murias, y no lo mataron, pues el 25 de octubre de 1937 es nombrado Jefe de Falange del Valle del Río Negro-, pero otros pusieron tierra de por medio: Ramón Campal, Marcelino Ramos, Demetrio Cabo....
Siguiendo la consigna de Franco: "ni un niño sin pan, ni un hogar sin lumbre", se constituyó en el Concejo la Junta de Colocación Familiar, en cuyas dos primeras circulares ordenaban: 1) que se preguntara en la Iglesia en domingo de misa quiénes entre los que allí había podían acoger a niños huérfanos o desamparados (Según Demetrio Cabo: "en esta parroquia nadie se ha ofrecido para acoger a ningún niño"); 2) que se elaborara una lista de niños huérfanos y desamparados (Demetrio Cabo remite con fecha 30 de agosto de 1938 la siguiente contestación al Ayuntamiento: "En relación con las circulares recibidas de esa Junta con fecha 23 de Julio de 1938 debo manifestar a VD que en este archivo parroquial no hay elementos para confeccionar las listas de niños huérfanos y desamparados que se piden; y debido al excesivo número de habitantes de esta parroquia de San Martín de Moreda, nos es imposible contra mi deseo, el hacer con mi trabajo personal la citada relación de niños que de mí se solicita").

No tenía tiempo el cura Demetrio de hacer una lista de niños, pero sí tenía tiempo para hacer una lista de los "elementos rojos" en la parroquia y ponerla al servicio de la Guardia Civil y de la Casa España donde se hallaba la sede de Falange.  No tenía tiempo para una "labor caritativa t cristiana", pero sí tenía para dar conferencias a los falangistas, como la ofrecida con el título "El espíritu religioso de la Falange" el 29 de octubre de 1938.
La connivencia entre el fascismo y el catolicismo dio un carácter propio al régimen implantado durante 40 años. El Fascismo- Católico, cuyo trasunto sería el Nacionalcatolicismo, tenía por objeto someter a la población, no sólo a los dictados  de los militares y falangistas, sino también a los curas, cuyo papel esencial era dar cuerpo a la argamasa del Nuevo Estado.