Esta es la Casa España -antes el Centro del Sindicato Católico controlado y dirigido por Vicente Madera- donde a partir del 24 de octubre de 1937 comenzaron a torturar y asesinar a los republicanos fueran del partido político que fueran o de ninguno, sólo les bastaba con que no se hubieran sumado a la sublevación militar fascista para ser un candidato a la ser encerrado en los sótanos de este lúgubre edificio. En las planta superior se encontraba la Jefatura de Falange, por donde tenían que pasar todos los mineros y trabajadores para dar cuenta de su situación laboral y exponer sus antecedentes durante -lo que ellos llamaban- la "dominación roja". De aquí salieron cientos de personas para morir en las cunetas de Aller y de Lena. Salieron también baldados, o como el padre de Silvino Morán, un hombre anciano a quien quemaron la planta de los pies sólo por ser el padre del Comandante del Batallón 241. Apaleados, torturados hasta la muerte, o baldados y ya impedidos para poder trabajar, mujeres que fueron encerradas en estos sótanos y cuyo silencio -salvo en contados casos- impidió que se supiera lo que habían hecho con ellas los falangistas -por cierto- todos ellos católicos.
El edificio ya no existe, pero la MEMORIA perdura.
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