En la plaza de Cabañaquinta (Plza Dr Castañón) se agarrotó vilmente a las 10 de la mañana del 10 de diciembre de 1937 a los panaderos de Cuérigo, Valentín, Dionisio y Senén García Díaz. Ningún delito habían cometido y aún así se les sometíó a un Consejo de Guerra -si es que se puede llamar así- en el que les imputaron hechos criminosos cuyos autores ya habían sido juzgados dos días antes en Oviedo (caso de Bonifacio Covarrubias). En los bajos de esta casa -llamada Casa de Falange- los encerraron la noche del 9 al 10 de diciembre. Fueron agarrotados uno tras otro a diez metros de la puerta. Los gritos y el espanto se oían en toda Cabañaquinta, también por loes hermanos que seguirían al primero de los agarrotados. La agonía duraba 20 minutos o más, y una vez muerto, arrojaban el cad´´aver en un carro. Los tres hermanos fueron enterrados en el Cementerio de Vega, aunque posteriormente los trasladaron al cementerio de Cuérigo.
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