Calvo Sotelo, ministro que fue de la Dictadura de Primo, monárquico y conspirador contra el régimen democrático, el 13 de febrero de 1936 desde su periódico editado en Madrid, se dirige a los ciudadanos amenazándolos con publicar las listas de los que que abstengan de votar. Suponía que si alguien no votaba, no los votaba a ellos, eran antiespañoles. No concebían que en las elecciones hubiera personas que no querían optar por ninguna de la candidatura que se presentaba. La suya-decían- era la que representaba y defendía a España. "España", el término más abstracto que se pueda imaginar, pues en tal vocablo cabe cualquier concepto (geográfico, político, social, cultural, etc.). Tal era así que el mismo Machado escribió :"Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios/ una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Las Españas (ideológicas), las Españas de los trabajadores y de los caciques, las Españas: una democrática y otra dictatorial. Léanse los periódicos de la reacción, Renovación Epañola, ABC, El Debate... y todos cuantos hay en cada una de las provincias (Region, ElCarbayón...), y se comprenderá el temor que infundían en millones de personas. Todos ellos abogando por un golpe militar en el supuesto -improbable para ellos- de que perdieran las elecciones de febero de 1936. Como así fue, así lo hicieron, y el golpe duró cuarenta años.
Por otro lado, respecto a la amenaza de Calvo Sotelo, baste con imaginar esta situación: al día siguiente en Cabañaquinta, Collanzo, Felechosa, Bóo, Casomera, Cuérigo, Moreda, Piñeres, Murias, aparecen los listados de las personas que no fueron a votar (salvo enfermedad o muerte), y que visto su nombre en esas listas pegadas en las paredes del pueblo -o en manos de los derechistas, para eso tenían una legión de interventores que tenían acceso a los listados de votación- sabían que serían considerados como enemigos de España, es decir, enemigos de los caciques locales.
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