Tardaron poco los falangistas en publicar la foto de Belarmino Tomás (Presidente del Consejo Soberano de Asturias y León). Se movió, él, y el resto de los Consejeros, y pasadas las ocho de la tarde del día 20 de octubre salieron en barco camino de Francia, a donde llegaron cuatro horas después. Asturias estaba ya lejos. Cuando ya estaban en Francia, a las 12 de la noche, en los montes de Asturias los milicianos no podían creer que todo se hubiera hundido de modo tan rápido. “Los frentes en Asturias caen verticalmente” publicaba “La Nueva España”. Al amanecer del 21 de octubre en este mismo periódico falangista aparecía esta fotografía de Belarmino Tomás recordándole sus palabras en los mítines y declaraciones de días antes. Entre el 1 de septiembre de 1937 en que las tropas fascistas entran en Asturias hasta el día de la “desbandada” el 21de octubre murieron miles de milicianos en la defensa de las posiciones. Había combatientes en las montañas y los valles; los políticos y los militares profesionales en Gijón. De Belarmino Tomás se puede recordar, entre otras, esta frase: “Que nadie mire al mar, porque de aquí no se va nadie”. La vergüenza de la cobardía caiga sobre los cobardes.
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