lunes, 22 de noviembre de 2010

La huelga de la minería en 1922

Los mineros de las cuencas del Caudal y del Nalón se pusieron en huelga con una simple reclamación: "ni un céntimo menos, ni un minuto más". Pretendía la Patronal minera que ante la "crisis económica" los mineros cobraran menos y trabajaran más. El salario medio del exterior y del interior en las minas era de 8,50 ptas/día, y el número jornales 25 al mes. Y la jornada de siete horas de bocamina a bocamina.
Con la excusa de que la crisis llega a todos, y que los trabajadores tienen que "sacrificarse", la patronal  propuso al Gobierno que se bajaran los salarios y se incrementara la jornada laboral.
(Hace poco tiempo el Jefe de la patronal CEOE, octubre de 2010, 90 años después de aquellos hechos, dijo: "la crisis se resuelve trabajando más y cobrando menos").
Los mineros hicieron cuentas de lo que suponía mantener una familia de cinco miembros (y pocos eran) -pues las familias numerosas de más cuatro y cinco hijos abundaban- y resultaba que los gastos diarios sumaban 10,15 pesetas (2,03 pesetas/persona), con lo que el problema se agravaba cuando el número de hijos era superior, pues el minero seguía cobrando lo mismo para repartir entre más. De ahí que se viviera una pobreza extrema en muchas familias. Los datos los elaboraron Manuel Llaneza y Belarmino Tomás por el Sindicato Minero como "Informe de la Comisión Obrera" para que lo tuviera en cuenta el Gobierno. Pero aún así resultaba raquítico y pobre, y a pesar de ese raquitismo reivindicativo, la Patronal seguía en sus trece: "más jornada y menos salario".

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