viernes, 14 de enero de 2011

El diario "Avance" y el por qué la guerra

Em el primer editorial del diario "Avance" se explican las causas de una guerra entre el fascismo -gobierno terrorista de clase, N. Poulanztas- y la clase obrera. Recomendamos que los asturianos de todos los concejos accedan a la lectura de este periódico, y se puede hacer en casa, usando la herramienta de internet a través de la dirección  http://hemeroteca.gijon.es/

Rechazamos la visión fantasmal y mentirosa de que fue una guerra fraticida. Fue una guerra de clases, en que se ventilaban los intereses de la clase capitalista internacional y de la clase obrera internacional y la defensa de un sistema democrático a través del cual ventilar las diferencias a través del voto de millones de personas.
La derecha  había perdido las elecciones del 16 de febrero de 1936, y muy posiblemente no las hubiera ganado -aquella derecha fascista- nunca. Testimonios hay miembros de aquella derecha retrógrada y católica que con todo desparpajo proclamaban que "hay que sublevarse con las armas en las manos".



La primera parte del editorial afirma sin ambages que el golpe estaba previsto y era conocido. Era un secreto a voces, secreto del que sólo se desconocía la hora en que comenzarían a disparar y asesinar a mansalva, donde el general Romerales en el Norte de África pagaría su lealtad como militar con un “juicio” ignominioso e infame que le llevaría ante el pelotón de ejecución. Los traidores usaban el Derecho como arma contra los que respetaban el Derecho y las leyes.


La segunda, que el Gobierno no se atrevió a colocar a clase obrera y sus aliados al frente, y que el propio Gobierno no tuvo valentía suficiente para encarcelar y juzgar a los conspiradores antes de que se levantaran en armas. Se dejó hacer creyendo que aquello de julio era una “sanjurjada” más, ignorando que la correlación de fuerzas en Europa (Italia, Alemania) ya habían cambiado respecto a agosto de 1932. El Gobierno actuó temeroso entre dos fuerzas que le superaban, y que superaba a la parte del bloque de clases “republicano” más medroso y asustadizo, tal como corresponde a la pequeña y mediana burguesía cuando asume el poder político. Las clases fundamentales estaban al margen del Poder y del Gobierno, y era evidente que resolverían su dominación en las trincheras. Quisieron negociar con los golpistas, y Martínez Barrio quiso nombrar al “masón” y “republicano” Aranda como Ministro de la Guerra.

No era confusionismo, ignorancia, era sencillamente un deseo de pactar con la parte –aparentemente – más blanda y negociadora. El “tendero” siempre quiere salvar el mostrador, aunque pierda la mercancía, y eso es lo que hizo la otra parte de la pequeña y mediana burguesía, colocarse al lado del gran capital y de los terratenientes. Ellos serían los contribuyentes económicos según iban avanzando las tropas fascistas, y en el caso de Asturias también los pequeños propietarios ganaderos y campesinos. En un lado los obreros –mineros y metalúrgicos y otros oficios- y en el otro los pequeños, medianos y grandes comerciantes junto con unos capitalistas que no hicieron más que acumular riqueza y plusvalía a los largo de los años, sumándoles los negociantes, estraperlistas, bandidos, banqueros, industriales.

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