Los banqueros de Asturias dan dinero para regalarle una casa al traidor Aranda -coronel o general- en agosto de 1938. Es evidente que los poderes económicos -los banqueros de la región- estaban agradecidos al "traidor", pues había conseguido que Asturias no fuera un emporio "republicano" y hubiera capaz de destruir la potencia de fuego y la combatividad de los mineros y trabajadores asturianos. La clase dominante -banqueros, industriales y propietarios - unidos a una pequeña y mediana burguesía pueblerina y de escasas luces -"no veían más allá del rabo de la vaca"- y los obreros fanatizados por la Iglesia Católica - como ejemplo el Sindicato del Marqués de Comillas en Aller y Mieres- agradecían a su modo tanta heroicidad al traidor Aranda y sus compinches.
No fue este el único caso en que se regalan casas a uno traidores. También tenemos el caso del Pazo de Meirás para el adocenado generalito Francisco Franco, que bajo el subterfugio de la suscripción popular se le entrega en propiedad. Todo se tomaba en propiedad una vez que los fascistas entraban en los concejos. Y así también los falangistas de "medio pelo" en cada pueblo se apropiaban -robaban- las casas y los prados de los que habían perdido la guerra, de los "rojos" republicanos. (Mirad alrededor y veréis que hay quien tiene propiedades de los republicanos sin haber pagado una sola peseta).
Lo que importa de esta nota es el favor, la gracia, de los banqueros de Asturias a Aranda, y la gracia de los gallegos a Franco, y así en otros muchos lugares. No les bastaba con ganar un sueldo como funcionarios -que ya no eran- sino que pretendían que les agasajaran con una casita aquí y acullá.
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