Inmediatamente -el lunes 21- se constituye un Comité de Guerra y comités en todos los pueblos del concejo (salvo en Bello, pueblo derechista y reaccionario). Los alleranos deciden organizar los Comités de Vigilancia e Investigación y mantener a toda costa la tranquilidad en las poblaciones urbanas y rurales en la retaguardia. Por otro lado, cientos de alleranos coordinados por Víctor Muñiz "Riosa" se integran en el Batallón Mieres (2ª Compañía), que sería el embrión del Batallón 248 "Álvarez del Vayo".
Silvino Morán junto con los que integrarán el Batallón 241 se quedarán en el concejo para defender los puertos (San Isidro y Vegará) y así -salvo esporádicas salidas a otro frentes -como ocurrió en diciembre, febrero y septiembre de 1937- mantendrían a raya a los fascistas que procedentes de León pretendían forzar el paso por San Isidro. Este Batallón no fue derrotado, a pesar de las numerosas bajas que les ocasionaron los bombardeos y la artillería fascista durante los meses de guerra; tanto fue así que el fascista Ceano en octubre de 1937, cuando ya casi parecía todo perdido, al llegar a San Isidro se encontró con la resistencia del Batallón "Silvino Morán" y tuvo que girar hacia Caleao para unirse a las tropas fascistas que entraban por el Puerto de Ventaniella y ocupaban Tarna y Campo de Caso.
La relación de milicianos muertos del Batallón 241 corresponden a la Revista realizada el 4 de junio de 1937. Suman un total de 87, todos ellos defensores de la libertad y la legalidad estatuida. Personas que no hubieran muerto en tales condiciones si no se hubiera producido un crimen previo: la sublevación fascista. Todavía quedarían batallas en las que el Batallón dejaría casi el 50% de sus integrantes en el campo de batalla: en el Puerto de San Isidro durante el verano de 1937, en la encarnizada batalla de Peñas Blancas en la mitad de septiembre de 1937, y la resistencia a los bombardeos de los aviones alemanes e italianos en el Puerto de San Isidro durante el mes de octubre. Todavía el 15 de octubre -seis días antes de que huyeran como ratas el "Gobiernín" con Belarmino Tomás a la cabeza- Silvino Morán tiene que defender a sus tropas de graves acusaciones por parte -precisamente- de Belarmino Tomás. Este y los suyos huyeron, los milicianos del Batallón 241 quedaron en los montes de Aller donde fueron "cazados" y asesinados por las tropas fascistas (pero este es otro capítulo).
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